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Comentario de la practica Ngalso de Manyushri Negro

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Lama Caroline (Almería septiembre 2002)


La  práctica de Manyushri Negro es una práctica muy poderosa, es considerada por los lamas tibetanos especial para evitar obstáculos e interferencias en nuestro desarrollo, en nuestro deambular en la vida. En el budismo tibetano, interferencia significa algo que bloquea nuestro desarrollo personal, por ejemplo, una enfermedad que nos lleve a la muerte. La muerte se considera un obstáculo porque detiene nuestro desarrollo espiritual. No todo lo que nosotros consideramos interferencia lo es para el budismo. Por ejemplo, tenemos unos vecinos que nos dan la lata y nos molestan constantemente, eso puede ser considerado como: “¡ah!, tengo unos perfectos maestros de paciencia”. En las enseñanzas de transformación mental Lo Yong se dice: “Si encuentro a alguien desagradable, especialmente molesto, lo consideraré como un tesoro, como una joya que me ayudará a desarrollarme completamente”.


Lama Gangchen decía hablando de Lo Yong que cuando estamos en un día soleado y todo va bien, todos somos buenos practicantes, pero cuando las cosas empiezan a ir mal, nos cuesta más poner en práctica lo que teóricamente hemos aprendido. Esta práctica habla de cómo evitar las interferencias en nuestro camino espiritual, en nuestra vida. Pero no debemos olvidar que los obstáculos para los lamas tibetanos son diferentes que para nosotros.


Siguiendo con el ejemplo de los vecinos pesados, tenemos le secreta aspiración de que cambien, que dejen de darnos la lata y de molestarnos. Con esta práctica lo que tratamos de cambiar es nuestra actitud ante ese hecho, más que esperar que cambien ellos.


En la introducción se dice que esta práctica purifica los problemas astrológicos, en esencia lo que significa es que nuestra mente y nuestro cuerpo son un microcosmos que está interrelacionado con todo el cosmos y que todas las energías que circulan en ese cosmos nos afectan, somos parte de ellas, no estamos separados de ellas. Esta es la base sobre la que se asienta la astrología, como los planetas, los astros que están fuera, en el cosmos, influyen en nuestros movimientos cotidianos, en el amor, en el trabajo, en todo tipo de relaciones.


Esta práctica es una traducción bastante fiel, está muy bien vinculada a la astrología de la tradición tibetana. Esta sadhana, es una actualización y resumen de una práctica mucho más compleja, compuesta por una reencarnación previa de Pabongka Rimpoché que se llamaba Chankya Rolpay Dorye, un lama tibetano muy famoso e importante en el linaje NgalSo de Lama Gangchen.


La introducción de esta sadhana que tiene más de 700 años expresa de forma muy literal los términos que se usan en las sadhanas tibetanas, se habla de magia negra, de nagas, seres como sirenas que habitan en las aguas estancadas, se habla de espíritus, etc. Entender nuestras enfermedades y problemas en términos de nagas, sirenas y espíritus, magia negra, etc., es muy ajeno a nuestra cultura, por tanto, lo que se ha hecho en la segunda versión de la práctica es traducir estos conceptos tibetanos, en conceptos occidentales, más fáciles de entender para nosotros.


Los tibetanos, como todas las tradiciones primitivas, tienen todo un mundo sobrenatural, un mundo más allá del humano, donde existen seres que interfieren en el mundo humano, como en “el Señor de los Anillos”, que habla de seres de otros niveles de existencia que se relacionan con los humanos. En nuestra cultura, en la que sólo creemos en el dinero, es muy difícil creer en entidades. A la mayoría le resulta difícil creer en entidades fuera de la realidad ordinaria.


Esta práctica es muy buena para las personas que tienen enfermedades graves, enfermedades desconocidas, de las llamadas incurables, aquí es donde esta práctica puede ayudar. Este tipo de enfermedades nos atrapan automáticamente, por el concepto tan desbordante que tenemos de esa enfermedad; no somos capaces de ver otra cosa. Cuando uno tiene un diagnóstico de cáncer, automáticamente sufre miedo terrible, angustia, obsesión, desesperanza, que le hace desarrollar una serie de actitudes emocionales psicológicas, que se involucran con su proceso personal intensamente, entonces es muy difícil escapar de ese círculo, de ese hábito de vivir la enfermedad así.


He estado haciendo esta práctica con regularidad últimamente y he llegado a la conclusión, de que lo que esta práctica produce es la sanación de las emociones asociadas a este tipo de enfermedades. La recitación de los mantras sana estas intensas emociones de miedo, desesperanza, obsesión, etc. Dado que el cuerpo y la mente están interrelacionados, si tenemos ese tipo de emociones permanentemente, esto produce un resultado físico palpable. Por ejemplo, si uno se deprime muy intensamente, el sistema inmunitario se debilita y fácilmente se puede contraer cualquier enfermedad física.


Mucha gente piensa que las prácticas son como una varita mágica, que hace que los problemas desaparezcan y en realidad no es así. Simplemente nuestra actitud cambia, nos sanamos frente el problema en sí, más bien que el problema desaparezca; en vez de ser un gran problema, se convierte en una pequeña dificultad. El problema no desaparece, pero nuestra percepción de él cambia. Cambiar de actitud nos puede hacer vivir de forma feliz las dificultades que inevitablemente vamos a experimentar en la vida. Todos enfermaremos, envejeceremos, perderemos a seres queridos. Es inevitable. Por lo tanto, debemos desarrollar, desde ahora, alguna técnica, algún método, que nos ayude a vivir de forma pacífica ese tipo de experiencias.


No podemos decir que estas prácticas curan el cáncer, el sida, los tibetanos dirían claramente que sí que los curan, nosotros no podemos decirlo, porque en occidente eso suena muy tajante, ellos tienen una cultura distinta. Y de hecho, no curan en todos los casos, pero conozco casos concretos, en Italia y España, de personas que antes tenían el sida y que ahora están curadas. Es preferible que la expectativa en las prácticas sea la menor posible para que funcionen bien.


Sin duda los problemas disminuirán, nos sentiremos mucho mejor ante cualquier experiencia de la vida. Dado que todos tenemos problemas, necesitamos  aprender urgentemente a afrontarlos. En samsara siempre experimentaremos insatisfacción, mientras  que no lleguemos a la tierra pura de las Dakinis.


En la tradición tibetana se recomienda recitar el mantra 21 veces al día, por la mañana cuando nos levantamos. Lo primero que se dice es que debemos levantarnos antes del amanecer, si podéis es estupendo. La segunda cosa es sentarse en la postura vajra, con las piernas cruzadas, si habéis hecho yoga durante algunos años puede que lo logréis, si no basta con sentarse en una silla normal o en un sofá con la espalda recta con un cojín en la parte lumbar, es importante que la espada esté recta para que las energías fluyan. La postura de loto completo, con las piernas cruzadas, como en las imágenes, requiere un entrenamiento, no se debe forzar, podemos hacernos daño. Luego tenemos que mirar hacia el este, en la dirección por donde sale el sol. Si es posible, es conveniente seguir una dieta vegetariana, no tomar cebolla, ni ajo. Esto no quiere decir que los que beban cerveza o coman cualquier cosa, no puedan hacer la práctica, es aconsejable, eso es todo. Dado que es una práctica de purificación, cuantas menos toxinas y cosas venenosas tomemos, mejor. Es difícil cambiar los hábitos, si uno fuma, por ejemplo, es difícil dejar de fumar de un día para otro, pero sí se puede reducir, pensar que es bueno para tu vida y reducir la dosis de tabaco o de café. Lama Gangchen dice que un cigarrillo o un café menos al día es Autocuración. Podemos avanzar en ese camino, porque es mejor para nuestra salud ingerir menos toxinas. También podemos evitar tomar comida basura, comida rápida, porque ésta aumenta nuestro nivel de toxicidad. Mezclar muchas cosas diferentes también es muy tóxico para el cuerpo. Lentamente tenemos que desintoxicar nuestro cuerpo, autocuración significa tomar la responsabilidad de nuestra salud y del cuidado de nuestro cuerpo. La salud física influye directamente en la mente; por lo tanto, si tenemos enfermedades físicas, tendremos emociones perturbadoras que nos evitarán tener una vida equilibrada.

Toma de refugio. Dado que es una práctica budista, el refugio se entiende como refugiarse en las tres joyas del Buda, el Dharma y la Sangha. Si uno no es budista, en vez de tomar refugio en el Buda, puede tomarlo en su naturaleza iluminada, que todos tenemos. En el Dharma, si no se entiende como el término que aquí está explicado, se puede entender como el camino para salir del sufrimiento, para evitar el sufrimiento y la Sangha sería la comunidad de personas que están en nuestro camino, las personas que como nosotros, siguen estas técnicas, hacen este esfuerzo. Las imágenes de Buda, se puede la pureza de cada ser representada en una imagen de Buda. El Dharma se puede entender como, cuando alguien viene y te dice que eres gordo, feo, tonto, cualquier insulto así, el Dharma sería la actitud que tienes ante esa situación para no sufrir. Por ejemplo, si alguien pelea con nosotros y somos pacientes, esa actitud positiva es Dharma. Y la Sangha sería la comunidad espiritual, los grupos que se reúnen a practicar sería la Sangha. Al principio, necesitamos de la Sangha para facilitar nuestro compromiso, hacer las prácticas, etc., pero también tenemos que pensar en la Sangha en términos de que: “yo también quiero dar a los demás, debo compartir lo que sepa con los demás”.


Los siete pensamientos ilimitados. Meditar correctamente en ellos sería práctica suficiente, porque esto nos evita involucrarnos en el yo y en lo que conlleva.  Si uno, piensa en aliviar el sufrimiento ajeno y está involucrado en pensar en los sufrimientos de los demás, disuelve esta visión  egocéntrica. Identificarnos con los problemas de los demás, evita que nos centremos en los propios y nos ayuda a encontrar soluciones. En Milán, hay un centro médico en donde los médicos tibetanos dan remedio, en forma de pastillas a las personas enfermas que van allí y han comprobado que si les recomiendan la recitación de estos siete pensamientos, los remedios funcionan más rápidamente, de alguna forma sanan sus mentes  con este tipo de reflexión o meditación. Porque si pensamos en los demás, la mente se libera, crea un gran espacio, deja de estar  involucrada todo el tiempo con lo que la aqueja. Esta es una batería de afirmaciones muy interesante para todo el mundo, la mayoría de las personas que van a consultar, lo hacen porque sufren de algún problema de salud, no porque sean budistas.


Bendición del Guru Raíz. Lo que persigue es conectarnos, para recibir una energía especial, de la que, normalmente, carecemos, para poder seguir estos métodos. Esta práctica ha sido transmitida de maestro a discípulo en un linaje ininterrumpido, por tanto, conectarnos con el maestro, con Lama Gangchen que nos dio esta práctica aquí en Almería, es conectar con ese caudal de energía para hacer la práctica. Sentir que estamos conectados con ese caudal de energía, nos ayuda a tener más fuerza, más determinación para la práctica y obtener mejor resultado.


Hay gente que encuentra esta historia de los gurus algo extraño, algo fuera de lugar, pero basta reflexionar en el hecho de que cualquiera que siga una técnica, por ejemplo Tai Chi o Kung Fu de los monjes Shaolin o cualquier tipo de terapia, necesita un maestro, alguien más experimentado que le enseñe las técnicas. Desde este punto de vista, es totalmente necesario tener un guru que nos guíe en la práctica. Igualmente, si vamos a hacer una práctica de budismo tibetano, necesitamos a un maestro budista tibetano que haya experimentado esto, que sepa los estadios, los niveles por los que vamos a pasar y que nos pueda aconsejar, con los obstáculos y dudas que surjan. En ese sentido, es absolutamente lógica la necesidad de un maestro. Si hacemos la oración y el ruego a nuestro guru raíz, la práctica funciona mucho mejor.


Los nueve ciclos de respiración. Para purificar nuestras corrientes de energía más sutiles. Lo primero es colocar el pulgar de la mano izquierda en la base del dedo anular y cerrar el puño. La razón es que por ahí pasa un meridiano, un canal de energía, por eso se pone el anillo de casado en ese dedo, es una forma de controlar la energía sexual de la persona que se casa, no se pone en otro dedo, se pone justo en el anular. Una vez que ponemos el pulgar en la base del dedo anular y cerramos, colocamos el puño debajo de la axila derecha. Con el índice de la mano izquierda que empuja al corazón y el pulgar que sujeta a los otros dos dedos, bloqueamos el orificio nasal izquierdo. Inspiramos por el orificio nasal derecho, tenemos que imaginar que en el centro de nuestro cuerpo, partiendo de la coronilla, hay un canal de energía vital, que se llama canal central y dos canales laterales que parten de los orificios nasales. Estos dos canales laterales entran en el canal central, en la base de la columna, como cuando se conectan los tubos de los lavabos, están asociados a los orificios nasales, cada uno parte de un orificio nasal, suben hasta la coronilla y bajan paralelos al canal central, por delante de la columna, penetrando  en él en la base de la columna. Bloqueamos con este mudra el orificio nasal izquierdo e inspiramos por el derecho, el aire entra en el canal derecho visualizando que entran luces y energías sanadoras purificándolo, exhalamos tres veces, expulsando del canal derecho todas las enfermedades, bloqueos, etc. Después tapamos el orificio nasal derecho, con la mano derecha haciendo el mudra del puño vajra, visualizamos que entran luces y energías sanadoras por el orificio nasal izquierdo y al exhalar tres veces, expulsamos las enfermedades del canal izquierdo. Después colocando las manos en la postura de meditación; la mano derecha sobre la izquierda, los dos pulgares tocándose sin presionar, con este mudra, inspiramos por los dos orificios nasales, el aire entra al canal central y exhalamos tres veces purificando toda la negatividad de ambos lados del cuerpo.


Según los biorritmos, un orificio nasal se abre o se cierra según el momento. Cuando se hace esta exhalación por ambos orificios nasales, se equilibran estas bioenergías y el aire sale más por los dos orificios nasales al mismo tiempo. La preponderancia de un orificio a otro, suele cambiar cada dos horas. De hecho, si lo observáis, cada dos horas necesitamos tomar un café, un cigarro o tomar algo, notamos ese cambio de energía en forma de cansancio. Este proceso de limpieza debemos hacerlo una vez al inicio de la meditación, sólo una.


Meditación en la vacuidad. Significa meditar en que los problemas no existen por sí mismos. Nuestros problemas existen en relación con nuestra mente y nuestra percepción errónea, que nos hace vivirlos como independientes, como autoexistentes, como si existieran por sí mismos. Pensamos  que son inmutables y que no van a desaparecer nunca. Por tanto nos obsesionan, nos angustian, nos crean un sentimiento de inquietud, que niega el hecho de que los problemas están basados en causas y condiciones, y que esas causas y condiciones se extinguirán y harán que el problema desaparezca.


El gran maestro budista indio Shantideva, escribió la guía del bodhisatva y decía: “Si tienes un problema que tiene solución, tienes que intentar resolverlo y si no tiene solución, para qué preocuparse”.


Manyushri significa que los fenómenos dependen de causas y condiciones. Los problemas no existen independientemente, sino que existen en relación siempre con algo. Esto significa, que podemos cambiar las cosas. A veces nos dan miedo los cambios, pero de hecho es lo mejor que hay, porque si las cosas fueran sólidas, fijas y no cambiaran nunca, sería horrible.


En este mantra lo que se dice, es que todas las cosas son de la naturaleza pura del espacio, el yo no existe independientemente. Si uno quiere profundizar más, está el Sutra del Corazón, que ahonda más en esta idea y la desarrolla desde otros puntos de vista. Entonces debemos intentar poco a poco, generar, desarrollar alguna experiencia en este tipo de afirmaciones. Y por supuesto, la práctica de Manyushri, ayuda a desarrollar esta percepción de la vacuidad, esta visión correcta de la vacuidad, que es el tercer aspecto del Sutra que hemos nombrado al principio. La meditación en la vacuidad ayuda a lograr realizaciones en la práctica de tantra, y la práctica de tantra ayuda a tener una visión correcta de la vacuidad.


No sé si seréis conscientes de esto, los televisores modernos ya no lo hacen así, pero antiguamente,  cuando tú apagabas un televisor se quedaba un puntito verde en el centro de la pantalla. En esta meditación, después de la vacuidad, lo que se hace es, nuestro marido, nuestro trabajo, el ruido, todo se disuelve y se queda en un punto de luz solamente, durante unos minutos somos libres de esa carga de dificultades con la que tenemos que lidiar día a día.


Es muy relajante para la mente sentir  que todo el mundo externo desaparece en un instante, se disuelve. No hay que preocuparse, volverá todo, pero es una buena terapia apagar el culebrón de la vida diaria, esa realidad en la que uno muere, otro enferma, otro te engaña y todo esto. Decir “estoy ya hasta arriba de todo este tipo de historias”. Es como que la luz sale de nuestro corazón e irradia a todo el universo, disuelve todas las realidades y se queda en un puntito de luz, como los televisores antiguos y al final ese puntito también desaparece. No quiere decir que nosotros estamos ahí sentados en medio de la nada, también nosotros desaparecemos. Nosotros somos la causa de los problemas y de este apagón general, surge una identidad positiva, que es el arquetipo de Manyushri.


Autogeneración. Manyushri no aparece instantáneamente, sino que surge la sílaba semilla PAM. La PAM se transforma instantáneamente en una flor de loto negra, que simboliza la renuncia a todo ese mundo problemático y generalmente complicado que vivimos. Surge este loto negro y en su centro una letra tibetana AH y de ella, en el centro de esa flor de loto, una luna horizontal. En el centro de ese loto surge un mandala YAM verde semicírcular, el símbolo del elemento viento; en el centro de éste de la sílaba semilla RAM surge un triangulo apuntando hacia arriba de color rojo, el elemento fuego, esto serían  los cinco elementos. Se dice que son la esencia de la vida, nada existe sin estar apoyado en estos cinco elementos que forman el universo, el espacio, el viento, el fuego, el agua y la tierra. Todo eso se funde, se disuelve y aparece nuestra mente en la forma de una HUM negra.
De la HUM emanan rayos de luz, que llegan a todos los seres, iluminándolos, haciendo que se liberen de todos sus sufrimientos y al mismo tiempo ayudándonos a nosotros a alcanzar el mismo estado.  Es el doble propósito de las acciones en el budismo tibetano, ayudar al otro y a mí mismo al mismo tiempo.


En un instante, la luz que ha llegado a todos los seres, vuelve hacia mí y aparezco instantáneamente en la forma de Manyushri Negro. Según la tradición tibetana, hay dos manifestaciones de Manyushri Negro, una pacífica y otra iracunda. Aquí en el libro se habla de la iracunda, pero se puede visualizar también la pacífica. Manyushri es un príncipe que tiene en su mano izquierda un texto, el Prajnaparamita, la percepción de la sabiduría y en la mano derecha tiene una espada flamígera, luce una corona y todos los ornamentos de un príncipe.


Hay muchos mensajes implícitos en los implementos, por ejemplo, la espada significa que nos otorga la sabiduría de la discriminación, se refiere a la capacidad de distinguir lo que es la naturaleza de la realidad, es decir lo que es bueno para nosotros y lo que no. Por ejemplo, cuando uno se enamora, de alguna forma uno se vuelve como las vacas, que llevan un anillo y son llevadas de un lado a otro, se pierde la capacidad de decidir. Cuando estamos dominados por emociones como los celos no somos capaces de discernir lo que realmente nos conviene y lo que no nos conviene, la emoción nos domina, la emoción nos dirige en vez de controlar nosotros la emoción, como la vaca arrastrada por ese anillo en la nariz.


El texto Prajnaparamita, que es la percepción de la sabiduría, y Manyushri nos sugieren: “Por favor, lee esto, si tienes problemas, intenta entender lo que se dice aquí, esta es la respuesta a tus problemas, al universo, a muchas historias”.   La visualización del Manyushri Negro iracundo, es más complicada. Tiene cuatro colmillos, tres ojos, distintas cabezas, es como un guerrero que salta para disolver los problemas. La manifestación iracunda, es como saltar a la acción, como explotar y actuar instantáneamente. Pensamos que la ira está relacionada con el enfado, pero no es así, la ira iluminada tiene que ver con entrar en acción, con resolver, eso es lo que muestra este guerrero que está en postura de acción instantánea.


Tiene una corona de cinco calaveras igual que Vajrayoguini, que simbolizan las cinco sabidurías supremas igual que la práctica de Autocuración II, que transforman las emociones básicas, perturbadoras. En el tantra se utilizan este tipo de imágenes dramáticas porque está comprobado que son arquetipos que funcionan correctamente en nuestro subconsciente.


Se cubre con un taparrabos en forma de piel de tigre, no quiere decir que hay que matar tigres; somos pacifistas, el significado de esto matar el enfado. En la tradición Kadampa del budismo tibetano se dice que debemos de matar a los engaños con el arma del antídoto. Esto es lo que el guerrero Manyushri Negro hace, actuar con determinación para oponerse con toda la fuerza de la acción a un engaño, aplicando su antídoto. Cada engaño tiene su antídoto, tenemos que saber cual es y aplicarlo con determinación. El antídoto parte de la sabiduría, sabemos cómo actuar, como es la naturaleza, como se producen los fenómenos.


Tiene tres ojos, el central mira al camino del medio, el que está libre de los dos extremos del eternalismo y el nihilismo. El eternalismo es aquella creencia que entiende el alma como permanente, como autoexistente a través de los tiempos y el nihilismo sería la corriente contraria que niega la existencia y dice: “da igual como actúe porque nada existe, da igual todo”. Estas dos percepciones extremas nos hacen actuar de forma negativa y por tanto son erróneas. La vida es algo entre estos dos, nada es permanentemente existente, todo depende de causas y condiciones, todo está en interrelación con todo, por tanto esta es la visión del camino medio.


En los tres chakras tenemos las tres sílabas, OM blanca en la coronilla, AH roja en la garganta y HUM azul en el corazón. El aspecto de Manyushri pacífico, es muy apuesto, muy delgado. El Manyushri iracundo es un poco gordo, musculoso, como un luchador de summo. Imaginarnos así a nosotros mismos, es una forma de sembrar en nuestra mente que somos capaces de superar cualquier dificultad, es como una impronta de poder. Soy capaz de resolver todas las situaciones, tengo la energía de poder que necesito. La forma un poco más moderna sería como Superman. Nada de estas imágenes existe en sí mismas, es una forma de sanar, un camino, arquetipos de sanación.


Sobre su coronilla está el Buda Amogasidi de color verde, con el mudra de la protección del miedo, como decía Lama Gangchen “OM no problem SOHA”, “bueno quizás no pueda yo  por mí mismo resolver el problema, pero por favor Buda: dame algún tipo de inspiración”.


Estamos rodeados de fuegos de sabiduría, que sanan la parte de nuestra mente más preponderante, la parte oscura. Cuando estamos deprimidos, enfadados, transformamos todos los colores, la realidad es sólo negra. ¿Habéis la experiencia cuando estáis enfadados, todo parece negro?


Recitación de los mantras. Manyushri negro tiene ojos muy enrojecidos, inyectados en sangre. En su corazón está la letra HUM  rodeada del mantra OM AH RA PA TSA NA DHI HUM, en la dirección de las agujas del reloj. El mantra de Manyushri es OM AH RA PA TSA NA DHI, pero el de Manyushri negro es OM AH RA PA TSA NA DHI HUM. Cuando hagáis esta recitación, podéis visualizar este mantra en vuestro corazón o la vacuidad y sintiendo este mantra de OM no problem HUM, como que no hay ningún problema.


Los siete ejercicios que acompañan a este mantra. Aquí se habla del mantra de acción que es el largo, OM PRASO CHUSO DURTASO DURMISO NYING GOLA CHO KALA DZA KAM SHAM TRAM BE PHET SOHA o del mantra corto, que es el de OM AH RA PA TSA NA DHI HUM, podéis usar uno u otro indistintamente. Al final de esta sadhana, en el texto tradicional tibetano, se dice que se debe recitar el mantra corto 800.000 veces, pero nosotros decimos, recitalo tanto como puedas.


Entonces, hazlo tanto como puedas, porque como mínimo, lo que vas a obtener es no pensar en tus problemas, sólo en el mantra, por lo tanto tienes algo que pensar que no son tus problemas.


PREGUNTA: ¿Y el mantra largo cuantas veces?
RESPUESTA: Rimpoché ha dicho 10.000 veces. Cuando uno comienza estas recitaciones, dado que emociones negativas tenemos todos, estas comienzan a salir de nuestro corazón, es como cuando tenemos un vaso con suciedad y echamos agua, por muy pura que sea, empieza a salir esa agua sucia, por tanto, saldrán de nuestro cuerpo, de nuestra mente, de nuestras emociones, expresiones negativas, de purificación.


Si uno hace esta práctica en serio, mejor explicarle a su compañero, a su marido; “voy a hacer esta práctica, puede que me muestre un poco sensible, que reaccione muy rápidamente”. Este tipo de reacciones emocionales un poco especiales.


Hay teorías en occidente, que hablan que el cáncer está relacionado o es directamente producido (en la medicina tibetana también), por la incapacidad de expresar emociones, retenidas durante mucho tiempo, que llegan a pudrirse, llegan a degenerar. No sólo el cáncer, también otras enfermedades. Es lógico que retener emociones, sin poder expresarlas, durante mucho tiempo, produzca transformaciones en nuestro cuerpo, enfermedades.


Una práctica como esta las hace salir, en ese sentido es curativa. Según la medicina tibetana, lo que nosotros llamamos causa de la enfermedad, en realidad son las condiciones, que hacen madurar las causas anteriores que existen. Creemos que enfermamos porque nos enfriamos, comimos algo que nos sentó mal, nos contagiamos de un virus; estas son condiciones. Según la medicina tibetana, la causa de la enfermedad está en nuestra mente, esto es muy radical para los occidentales, en nuestras emociones, en nuestras experiencias, en nuestro mundo mental, que crea una serie de efectos que cuando encuentra las condiciones adecuadas se manifiesta en una enfermedad.


Lama Gangchen, constantemente habla de curar enfermedades que no se han manifestado todavía, digamos que va a la raíz del problema. Por ejemplo, alguien sufre un ataque al corazón, ésta no es una enfermedad que se crea y se resuelve en un día, es algo que se ha ido gestando durante algún tiempo y que se manifiesta en un momento. Se ha ido gestando, en ese periodo en que no tiene manifestaciones sintomáticas, es cuando se puede actuar con las técnicas de Dharma. Podéis hacer un experimento, ver si en vuestro mundo, en vuestro cuerpo emocional se produce algún cambio, algún resultado haciendo este tipo de práctica.


Protección de enfermedades. Después de repetir reiteradamente el mantra, de la acción o el mantra largo, soplamos sobre los dedos anulares. La tradición tibetana dice que se debe escupir sobre esos dedos, pero eso en nuestra cultura no está bien visto, es  mucho más fino soplar. Hay que tener las manos y los pies limpios, porque una vez que se ha hecho esto, debemos frotar la palma de las manos y de los pies.


Se dice que si haciendo esto de frotar sale algún tipo de suciedad que no es debida a la suciedad del cuerpo, de la mano y de los pies, esto es signo de purificación. La palma de las manos y las plantas de los pies, son agujeros en nuestro aura por los cuales pueden entrar enfermedades, lo que hacemos de esta forma es protegernos, cerrar estas posibles entradas. Entonces tenemos que imaginar como una armadura de luz, que nos protege de las enfermedades.

 

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