Enseñanzas de Lama Caroline en Entorno de Paz 2002
Guyasamaya en sanscrito significa asamblea sagrada. Es uno de los primeros y más importantes de los tantras que explicó Buda Shakyamuni. Es considera do el rey de los tantras en el linaje Guelugpa, una de las razones es que Ye Tsong Khapa, el fundador de esta escuela, también llamada la escuela de la virtud, alcanzó la iluminación con la práctica de este tantra, así como también lo hicieron otros grandes maestros Mahayana como Nagaryuna o Chandrakirti. Se considera que esta práctica es muy veloz y poderosa, solo tiene el inconveniente de su dificultad, para los occidentales resulta muy extensa y complicada. Los monjes que están exclusivamente dedicados a hacer sus prácticas de meditación pueden dedicar cuatro o cinco horas al día para hacer esta práctica, pero nosotros no tenemos ese tiempo.
El tantra de Guyasamaya fue el primero que explicó la transformación de los tres momentos más importantes en la vida de todos los seres: la muerte, el estado intermedio o bardo y el renacimiento. Mucha gente en occidente no cree en la reencarnación, pero en el fondo eso es igual; porque de hecho, cada día cuando vamos a dormir pasamos por el proceso, dormir, el estado intermedio de sueño y el despertar. Es esencialmente el mismo proceso solo que varía el nivel de intensidad. Aún cuando no nos interese lo que pasa después de la muerte, esta práctica es útil porque ayuda a sanar los problemas emocionales a nivel del subconsciente, problemas que producen reacciones descontroladas, no deseadas.
Lama Gangchen ha puesto esta complicada práctica tan importante del budismo tibetano en un formato accesible, que nos permite comenzar a familiarizarnos con ella. La práctica del linaje Ngalso de Lama Gangchen recoge la esencia de este tantra en un formato fácil de practicar.
El objetivo de la práctica de Guyasamaya es sanar nuestra luz interior. Es como limpiar el cuerpo de luz, lo que se llama el cuerpo ilusorio. Por ejemplo, cuando surge una emoción como el enfado, se produce una gran oscuridad en nuestro ser y caemos en el fondo de un agujero, también cuando estamos deprimidos o experimentamos cualquier emoción negativa, la mente se oscurece. En el museo de El Prado podemos ver a los ángeles representados siempre con luces. En cualquier religión la luz se asocia con santidad o sanación. La iluminación, el estado de Buda, es llenarse de luz.
En nuestro cuerpo de luz tenemos unos puntos energéticos que con la práctica de Guyasamaya se limpian. Estos puntos de nuestro cuerpo de luz, están asociados a determinadas emociones, cuando tenemos reacciones emocionales descontroladas, se producen bloqueos y oscuridades en esos puntos, que tenemos que limpiar para restablecer la red de luz en nuestro cuerpo, sanando así los aspectos más y más sutiles. En la práctica tradicional de Guyasamaya se visualizan en esos puntos budas con muchas manos, muchas cabezas, muchos colores, etc.… Se trata de visualizar una asamblea de 33 Budas en nuestro cuerpo, visualizándolo como si fuera un palacio y en esos puntos estuvieran los seres de luz, que son los budas.
Lama Gangchen se queda con la idea esencial, que consiste en sentir que nuestro cuerpo es un palacio celestial. No es necesario verlo como un edificio, sino verlo como un palacio, una morada, visualizando en determinados puntos de ella, cristales o gemas de luz. Tratamos de recuperar la sensación de pureza. Comenzamos reconociendo primero esos puntos en nuestro cuerpo energético; una vez identificados, los limpiamos (ahí cuidamos lo que comemos, lo que bebemos, lo que fumamos) y el tercer paso es aspirar esa energía de pureza, que como nos resulta difícil reconocerla como parte de nuestro ser, la visualizamos viniendo de fuera, del Universo, de los Budas o de Dios si sois creyentes.
En la práctica del tantra tiene dos partes: el estado de generación y el estado del consumación. En el estado de generación, se comienza transformando la percepción de una misma; percibiendo el orgullo divino y la apariencia clara. Ahora, las apariencias que percibimos de nosotros mismos son ordinarias y esto es la raíz de nuestros problemas. Nos percibimos llenos de defectos y repetimos constantemente estos mantras en nuestra mente: soy gordo, soy feo, soy tonto, etc.… hay diferentes versiones, pero en el fondo, la esencia es una percepción negativa de uno mismo. Esto lo proyectamos a los demás, a quienes también percibimos del mismo modo. No podemos ver a los demás de forma pura cuando nos vemos a nosotros mismos de forma negativa.
Desde el punto de vista del sutra, la raíz del sufrimiento es el karma y los engaños. En el tantra, la raíz del sufrimiento es la percepción ordinaria, las apariencias ordinarias de la realidad y de uno mismo. La práctica sería visualizar una sílaba HUM en el corazón y que de ahí sale luz que disuelve todas las apariencias ordinarias: los objetos que vemos, esta casa, Almería, España, el planeta, todo es disuelto por la luz que sale de nuestro corazón. Al igual que el rocío por la mañana, cuando sale el sol, se evapora, desaparece de flores y las plantas, podemos sentir que todo el Universo desaparece y solo queda este símbolo. Luego visualizamos que esta letra se va disolviendo gradualmente, como los cohetes que lanzan al espacio, son muy largos pero poco a poco van soltando distintas partes del fuselaje, hasta que al final solo queda la cabina.
Todo lo que se habla en esta práctica es algo natural, algo que experimentamos constantemente, se trata de utilizar estas experiencias cotidianas de forma positiva. Cuando nos dormimos, se produce una disolución de los distintos elementos de nuestro cuerpo; primero se disuelve el elemento tierra y nos sentimos muy pesados, dejamos de movernos y no podemos ver, entramos en otra vida. La disolución de los elementos cuando nos dormimos es similar a cuando apagamos el ordenador, se van cerrando las ventanas en una secuencia. Al hacer la meditación de la disolución de los elementos, lo que intentamos es apagar nuestro ser consciente y encender nuestro ser subconsciente. La mayoría de las personas solo entran en el subconsciente durante el sueño, ahí aparecen cosas extrañísimas, cosas que no podemos entender, fuera de nuestro control racional.
Con la práctica, tratamos de despertar nuestro subconsciente y sanar estas reacciones incontroladas que tenemos, poniendo arquetipos positivos, arquetipos sanadores en el subconsciente. Tratamos de influir, de reprogramar nuestro subconsciente, para que las reacciones que se producen, cuando estamos despiertos, no sean agresivas, descontroladas, que sean reacciones de paz, de sabiduría. Cuando entramos en el sueño, nuestra mente densa se va apagando hasta llegar a la clara luz y luego desde la clara luz se produce el proceso inverso, retornando las funciones corporales y mentales hasta despertar, eso es lo que vivimos durante el proceso del sueño. De esta manera se sana el cuerpo y la mente, sin dormir moriríamos.
Si este proceso de sanación lo hacemos meditando, la energía se recupera muy rápidamente. Por la mañana, al despertar, sentimos un estado de placidez y cuando la mente comienza a maquinar vuelven nuestras angustias, nuestros problemas. Podemos comenzar a hacer esta práctica simplemente para relajarnos, para recuperar nuestras energías. Más adelante, poco a poco, podemos hacer la práctica para ser conscientes del proceso de dormir, soñar y despertar, entrenándonos así, podremos vivir conscientemente la experiencia de la clara luz.
A través de la práctica de Guyasamaya podemos sanar nuestro subconsciente con arquetipos positivos, al mismo tiempo que recuperamos nuestra energía y aprendemos a controlar los movimientos de la mente, facilitándonos la meditación. Empezamos a descubrir un gran espacio vacío en la mente que nos hace sentir conectados a todos los demás seres.
La práctica
El estado de generación es como preparar el terreno, significa disolver la apariencia de un yo ordinario, generarnos como un ser puro, un ser de luz. Transformamos nuestra visión ordinaria de las cosas; somos seres puros en un mundo puro y tenemos que sentir estos aspectos. Y sobre esta base, podemos comenzar a trabajar con los puntos del cuerpo, los canales las gotas, los vientos, etc.
Los cinco elementos son la base de nuestra vida. Si queréis estar sanos, estos elementos deben ser puros. También nuestros cinco sentidos están contaminados y por eso experimentamos desagrado al relacionarnos con lo externo a través de ellos. El aspecto puro de estos cinco sentidos es lo que se llama la visión vajra, el olfato vajra, el oído vajra, etc. es la visión pura, el oído puro. Cuando estamos contentos todo nos parece muy bonito y cuando estamos enfadados todo lo experimentamos de forma desagradable, fea. También se habla de los puntos donde tenemos nuestra energía vital, que en tibetano se llaman “tigle”. Si estas energías están contaminadas nos sentimos débiles, si están puras nos sentimos vitales, muy energéticos, con mucho poder. En la medicina tibetana hay un método de rejuvenecimiento que consiste en revitalizar estos tigles, estos puntos energéticos que son energías básicas en nuestro ser. Estas prácticas de tantra nos hacen vivir con más vitalidad, con más energía, con mejor actitud.
En el cuerpo sutil hay una serie de entradas por los que penetran las energías negativas, son puntos que debemos proteger. Con esta meditación construimos una concha protectora que evita que, al entrar en contacto con energías negativas, estas penetren en nuestro cuerpo.